Will Cooke, nuevo director del Desktop Team en Canonical, ha publicado un completo artículo como invitado en el blog de Michael Hall -otro desarrollador de Ubuntu- en el que adelanta un poco la estrategia a seguir por parte de la compañía para con Unity 8, el escritorio en Qt 5 que ya se mueve en teléfonos y tabletas y que junto con Mir reemplazará al actual sistema compuesto por Unity 7 -con GNOME 3-, Compiz y X.Org.
De hecho, Cooke reconoce desde un principio el estado de excitación previo a la salida al mercado de los primeros smartphones con Ubuntu de serie, pero recuerda que el equipo encargado del escritorio no ha dejado de trabajar. Además, tienen un plan refinado a base de las lecciones aprendidas, que entre otras cosas les ha servido para no precipitarse al vacío incluyendo a Unity 8 como opción por defecto en la última LTS, que era lo habían dicho que harían.
Así, en las versiones que quedan hasta la próxima LTS, Unity 7 será la apuesta predeterminada, ofreciendo Unity 8 de manera opcional. Hasta que, tal vez, en Ubuntu 15.10 (octubre 2015) se atrevan a dar el cambio, porque lo que sí parece seguro es que Ubuntu 16.04 LTS (abril 2016) tendrá Unity 8 por defecto. Un retraso importante que, explica Cooke, se utilizará para pulir el producto “al nivel de calidad que la gente espera”. ¿Cómo? Mediante el método de la integración continua.
De mientras, ¿qué pasará con Unity 7? ¿Va a seguir en desarrollo o va a quedar como un pegote con el que salvar la papeleta hasta llegue el momento de la plena convergencia? No lo aclara del todo. El escritorio se mantendrá, es decir, seguirá recibiendo actualizaciones -correcciones y demás-, pero sobre explotar nuevas características no comenta nada (aun así, suena poco probable que Unity 7 se estanque durante tanto tiempo sin novedades… habrá que verlo).
Volviendo con Unity 8, el nuevo escritorio traerá cambios que ya están siendo impulsados en los canales de desarrollo y que van a gustar a los usuarios de la distribución, pues van más allá del escritorio en sí. Por ejemplo:
- Se acabó eso de pasar todo el ciclo de vida de una versión de Ubuntu con las mismas versiones de las aplicaciones, que solo reciben actualizaciones de seguridad y estabilidad a lo sumo. Los desarrolladores tendrán la posibilidad de añadir las nuevas versiones de las aplicaciones cuando estén listas. No se menciona el modelo rolling release, pero lo que se plantea es algo similar, aunque únicamente en lo que a aplicaciones respecta.
- Se integrará un sistema de aislamiento de aplicaciones, de forma que se delimite el acceso de cualquier aplicación a archivos que no le competen. Es una medida de seguridad interesante, aunque tampoco queda claro cómo se va a hacer exactamente, si con un sistema de permisos, con sandboxing… hay varios métodos.
Fuente: Muylinux
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