10 de octubre de 2014
Uruguayos crean impresora 3D de bajo costo
Una impresora 3D para todos. Con esa consigna, un grupo de jóvenes uruguayos creó una impresora que puede ser armada por el usuario y a la que presentan como la más barata de Sudamérica.
“Trabajamos bajo la filosofía ‘maker’, que es tener la capacidad de ser independiente y hacer todo uno mismo”, explicó a la AFP Alejandro Lozdziejski, uno de los socios de Sur3D, integrada por seis jóvenes que se definen como “un grupo de ingenieros, diseñadores y soñadores”.
“El valor está no solo en usar la impresora sino en aprender además cómo funciona para hacer evolucionar el conocimiento. Nuestro objetivo es llevar la impresión 3D a todos los hogares y centros educativos para que hagan evolucionar el conocimiento y construyan arriba de lo que nosotros hemos construido. Evolucionarlo, hacer adaptaciones para que sea mejor”, añadió.
Con un costo de 600 dólares y lanzada en julio de este año, la Smartrap permite imprimir piezas de 13x13x13 centímetros y apunta a un uso educativo, para que sobre todo los niños se familiaricen con la tecnología.
En los próximos días planean lanzar al mercado un segundo modelo, a un costo ligeramente mayor. Se trata de una modificación de las Prusa I3 bautizada Monica y que permite imprimir hasta 21x21x21 cm; según sus creadores logra una mayor calidad y está orientada a un público adulto, para uso hogareño o profesional.
“Se puede imprimir cualquier cosa, cubiertos por ejemplo. Tenedores de plástico, una taza, utensilios de cocina. O piezas para hacer un clon de la impresora”, explicó por su parte Bruno Demuro. “La idea es incentivar a la gente para que la clone”.
La Smartrap es una modificación de un modelo francés de código abierto, también caracterizado por su simplicidad.
Ingeniero en informática, Lozdziejski estaba estudiando sobre impresión 3D en California, y a su regreso a Uruguay fundó junto a Walter Guardia y Santiago Reinoso Sur3D, a la que luego se sumaron Demuro, Rodrigo Amarelle y Jan Szolno.
“Esto es el principio”, asegura Lozdziejski, quien cree que estamos ante una “revolución”.
La misma máquina permite imprimir el 70% de las piezas que la componen, por lo que puede ser clonada fácilmente, aseguran.
“Todas las piezas son 100% abiertas, nosotros damos el soporte. Creemos que la riqueza es nuestro conocimiento”, indicó.
Sur3D ya tiene pedidos de la región, especialmente de países como Bolivia y Colombia, aunque debido a los costos de envío –que encarecen el producto- todavía no han logrado exportar los modelos.
Fuente: Telearagua
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